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Simple Bird

Habitaba en el espacio como una gaviota sin refugio que se ahoga entre discursos salpicados por sus conocidos, palabras que rozan heridas del pasado, pensarán que eres necio decia la masa en su cabeza, dirán que eres débil y no aprendiste a volar, no disfrutaste lo suficiente cada instante, pero por dentro su corazón se desplomaba en mil pedazos, uno, dos, tres disparos atravezaron su pecho y el ave fugaz no soltó lágrima alguna porque tiempo atrás se habia consumido y evaporado. Sus muslos padecían de un cansancio severo pero sus alas aunque rotas, se desplegaban coquetas en lo alto y hechizaban a cualquiera en su paso. La mecánica en su interior era distinta, habia cambiado tanto que de repente ya no se reconocía, prefería ir cabeceando de un lado a otro, que permanecer despierto incesante, con las cuencas atormentadas y los ojos hundidos en llanto. A veces cuando el sol no rimaba su tonada habitual y sofocaba el día con tonos grisáceos, solía extender sus patas sobre la arena

El cuarto

Dentro de la habitación hay cientos de partículas invisibles danzando a mi alrededor, se enfrentan unas con otras en una danza que deja jadeantes suspiros en el aire; al fondo distingo una que otra palabra de dos seres que arden por pertenecerse pero en mi presencia todo es más complejo, soy el oyente, el mudo, el inadecuado, la forma básica que es omitida en una discusión, soy ese que no transmite ni tristezas ni alegrías, sigo sentado aquí con inmensos deseos de ser parte de algo, buscando la entereza para permanecer mientras logro desaparecer. Siento como cada célula de mi piel pide a gritos solo un roce con su piel, pero a cada instante se hacen más evidentes las ansias y el deseo por involucrarme, sólo hasta hoy dejé de batallar entre cientos de naufragios y sirenas encantadas y con el musgo entre las uñas, por fin logré flotar, aunque perdí los remos entre las profundidades abisales, tuve una gran recompensa, recuperé mi vista entre los peces y les robé sus escamas impenetra

Iniciación

Hoy me cuesta encontrar la salida, me pesa la vida y parece que el aire ya no tiene cabida en este pecho alborotado. Siento la fragilidad en cada partícula de mi ser, el siniestro desencanto se apresura alardeando su llegada, se posa libremente sobre cada poro de mi tibia piel provocando diminutas llagas que se esconden entre lunares estelares que al rozar sus yemas sudorosas con los dedos de los pies, se hace inevitable no ostentar su encanto y asi, me voy engullendo hasta sentirme en la posición correcta para evadir un respiro en este frío mundo

Sonido insensato

Quisiera ser el filamento por el que se desliza la cinta del cassette hasta retroceder la melodia y asi poder quedarme con el mejor sonido de tus besos, pero soy solo un oyente aturdido por el ritmo de tu ausencia, una ausencia que brota desde la cúspide de cada párpado hasta la raíz de la entrepierna desintegrandose en la retina del recuerdo, siento como todo se hace pequeño y se diluye en mil palabras, siento como todo se quiebra mientras se esparce con sutil encanto por cada vértebra en diminutos deseos insaciables

Desesperanza

Mantuve oculto cada trazo, cada verso y entre línea y línea combiné mi ingenio y mi debilidad, ahora parece que mi padecimiento abarca una y otra generación que encadena el espíritu y libera el consumo parpadeando entre celdas de izquierda a derecha, al final solo seré marioneta de quien bese mi oreja, quien culmine un orgasmo sin sabor en la lengua Estaré tan dispuesta si quien rema en la arena es capaz de danzar con mi sombra sin quebrar su contorno.

Transición

y puede que mi piel sea compleja porque has presenciado la simpleza, puede que mis cabellos sean bruscos proque has sentido la suavidad, puede que mis manos sean frías porque te acostumbraste al calor, puede que mis pechos sean pequeños aunque hayan aumentado tu pulsación, puede que mis labios sean lentos aunque generen aceleración y puede que te parezca fugaz aunque reposes eternamente en mi vientre.

Whiskeylove

Era su olor a vainilla, su piel elástica como el queso flácido bajo el hirviente chocolate, era su pecho rígido como las tensas tablas de mi cama, era su tono orgulloso y optimista cual líder revolucionario, era denso su cabello con corte juguetón que destacaba sus perladas mejillas, sus dientes oxidados, metalizados, que evocaban deseos filantrópicos era esa nariz de curvatura peculiar que estorbaba en ocasiones, era ese cuerpo inestable, consumido, alcoholizado, carbonizado era ese detalle en sus cejas definidas que me alertaba de cualquier peligro, eran sus pestañas deprimentes y en estado de sequía eran sus orejas, abundantes y burlonas era su mentón, muestra de rudeza y estabilidad, eran esos ojos dispersos e inquietos, oscuros, siniestros eran sus caricias tan delicadas y extenuantes eran esos besos de toques perversos era sus saliva cruel distractora de mis más firmes pensamientos eran rojos esos labios eran negras esas botas, verdes sus calcetines era gris es